Julia Orayen, que participó como secretaria del debate entre los candidataos presidenciales del país centroamericano, dijo que recibió instrucciones precisas para que luciera un vestido blanco y largo.
La polémica por la exuberante edecán argentina Julia Orayen y su llamativo vestido durante el primer debate presidencial entre candidatos de México sigue siendo uno de los principales temas en las redes sociales y en los medios mexicanos.
La propia protagonista, la modelo y ex conejita de Playboy, negó de plano que su presencia haya sido utilizada como medio de distracción, en un acontecimiento que debía poner el centro de interés en la política y no la belleza de la secretaria.
Entrevistada por la cadena Univisión de México, la joven comentó que la política no era su tema y que no tenía preferencia alguna por los candidatos que están buscando la próxima presidencia de México.
En el programa "Edición nocturna", la cadena dirigida al público latino en Estados Unidos, Orayen confesó que fue vestida con un atuendo tan sexy y controversial, porque recibió "la instrucción de que fuera blanco y largo" de parte de los organizadores del evento.
Asimismo, comentó que incluso llevó cinco vestidos a los organizadores para que ellos eligieran pero que el que usó era el único que era de talle largo. Incluso admitió que nunca pensó que su escote se fuera a abrir tanto y que tampoco percibió la mirada del candidato Gabriel Quadri cuando pasó frente suyo al aire.
Al ser consultada sobre su experiencia como modelo de la revista Playboy, en la que apareció desnuda, la modelo argentina comentó que desconocía si el Instituto Federal Electoral (IFE), sabía sobre su currículum pero que a ella le había parecido innecesario comentarlo.
También, afirmó que si el organismo se quería disculpar por su vestimenta, que lo hiciera, pero que ella sólo había seguido las instrucciones que le habían dado. "Nadie me mandó para desviar la atención de nada, son especulaciones, y a mí no me parece que alabar a la mujer sea machismo".
Incluso fue cuestionada sobre cuánto le habían pagado por su aparición de escasos segundos pero ella nunca quiso hablar del monto. Pudo saberse, a pesar del hermetismo de la joven, que cobró un cachet de 290 dólares por su participación en el debate televisivo.
La polémica por la exuberante edecán argentina Julia Orayen y su llamativo vestido durante el primer debate presidencial entre candidatos de México sigue siendo uno de los principales temas en las redes sociales y en los medios mexicanos.
La propia protagonista, la modelo y ex conejita de Playboy, negó de plano que su presencia haya sido utilizada como medio de distracción, en un acontecimiento que debía poner el centro de interés en la política y no la belleza de la secretaria.
Entrevistada por la cadena Univisión de México, la joven comentó que la política no era su tema y que no tenía preferencia alguna por los candidatos que están buscando la próxima presidencia de México.
En el programa "Edición nocturna", la cadena dirigida al público latino en Estados Unidos, Orayen confesó que fue vestida con un atuendo tan sexy y controversial, porque recibió "la instrucción de que fuera blanco y largo" de parte de los organizadores del evento.
Asimismo, comentó que incluso llevó cinco vestidos a los organizadores para que ellos eligieran pero que el que usó era el único que era de talle largo. Incluso admitió que nunca pensó que su escote se fuera a abrir tanto y que tampoco percibió la mirada del candidato Gabriel Quadri cuando pasó frente suyo al aire.
Al ser consultada sobre su experiencia como modelo de la revista Playboy, en la que apareció desnuda, la modelo argentina comentó que desconocía si el Instituto Federal Electoral (IFE), sabía sobre su currículum pero que a ella le había parecido innecesario comentarlo.
También, afirmó que si el organismo se quería disculpar por su vestimenta, que lo hiciera, pero que ella sólo había seguido las instrucciones que le habían dado. "Nadie me mandó para desviar la atención de nada, son especulaciones, y a mí no me parece que alabar a la mujer sea machismo".
Incluso fue cuestionada sobre cuánto le habían pagado por su aparición de escasos segundos pero ella nunca quiso hablar del monto. Pudo saberse, a pesar del hermetismo de la joven, que cobró un cachet de 290 dólares por su participación en el debate televisivo.
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